ella se me acerco... su ojos, su extravagante pelo azul y su delirante acento chileno me atraparon en un momento a tener que contemplar sus facciones, sus tatuajes, sus ojos. La silueta de su cuerpo dibujaba mis sueños mientras ella malabareaba, mientras utilizaba su cuerpo para darle a los que narran el arte que escribir. Peligrosa morena de sangre que hierve cargada de experiencia, alcohol y THC.
Su cuerpo avanza lento, los colores de su ropa tienen el mismo efecto que la luz en la luciérnaga, y su cabello que baila con ella al son de las clavas; le acompaña el sonido de motores y monedas en esa esquina que semaforeaba, cansada de vender este su expectaculo, se acerca a mi, y hace una leve platica. De repente se aleja desorientada, yo como solo eso puedo hacer, le ofrezco mi ayuda, -que necesitas?- ella callada sigue buscando, con ella: mi atención, de lado a lado de esa cuadra. Luego viene hacia mi, callada, sigilosa, con una paz que hasta era amenazante, se inclina con una sonrisa juguetona pero maliciosa, y confeso en un susurro: -lo que necesitaba era a ti-. Ese tono, esa voz fue en una caricia sobre mi, que se convertiría en el escalofrío que me empezaría en la espalda y que aun ahora, solo en mi cuarto, puedo sentir. Luego de esto pensé en el beso que le daría pero para cuando pude reaccionar tras esta escena, note que me quede solo, con la piel de gallina ahí.
La chilena viajera siguió su camino hacia el norte, dejando un hechizado mas en el sur.
Melancolia
Hace 14 años
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